2 Crónicas 12:14

La religión no es un asunto que se pueda abordar de manera relajada, descuidada y descuidada. Reclama todo el propósito y la energía del corazón, y solo entonces será una bendición y un poder en la vida, cuando un hombre lo haga su primera y suprema preocupación.

I. La primera condición de un corazón fijo es ver la Cruz.

II. Lo siguiente es "mirar tu abrigo bordado". Quiero que me cubra una justicia impecable. Sin méritos propios que defender, quiero que se me impute la perfecta obediencia de otro.

III. Para arreglar su corazón, el peregrino de Bunyan también miraba muchas veces el rollo que llevaba en el pecho. El estudio habitual de las Escrituras es indispensable para una condición saludable del alma.

IV. "Cuando sus pensamientos se calentaron sobre a dónde se dirigía", eso le dio firmeza al corazón de Christian. No podía hacer otra cosa con quien era un peregrino que pasaba por una tierra extraña. Si tuviéramos más conciencia de nuestro estado peregrino, pensaríamos más en un país mejor.

J. Thain Davidson, Prevenido antepasados, p. 47.

Estas palabras contienen, en un compás muy breve, una declaración de nuestro gran deber en la vida, de la única forma en que puede hacerse y de la consecuencia segura de descuidarlo.

I. "Para buscar al Señor". Este es el único deber de la vida. No en el sentido de un descubrimiento intelectual; eso es en parte imposible y en parte innecesario. Aquello que podemos conocer nos es enseñado; lo que no nos es enseñado, no podemos saberlo. El conocimiento de Dios, que es la vida y la gloria del hombre, no es un conocimiento intelectual, sino personal. Debemos comenzar sintiendo a Dios, como un hombre busca en la oscuridad un objeto que solo puede discernir con el tacto. Poco a poco el esfuerzo da valor y el valor esperanza. La fe del entendimiento pasa a la fe del corazón.

II. El texto nos recuerda que hay una condición, un requisito, para esta búsqueda de Dios, sin el cual fracasará. "No preparó su corazón para buscar al Señor". La preparación del corazón es la condición de nuestra búsqueda de Dios. Buscar al Señor es un asunto serio, en cierto sentido un asunto difícil y laborioso; por tanto, el corazón debe estar preparado, la mente decidida, el costo calculado de antemano y el ojo fijo en un objeto, no de la vista, sino de la fe.

III. El resultado. "Hizo lo malo", etc. El olvido de Dios es en sí mismo pecado. El estado de un ser creado que se ha liberado de las ataduras del amor de su Creador, que es indiferente al honor de su Creador, que está indispuesto a la presencia de su Creador, es un estado de pecado, una vida de maldad; este hombre tiene la marca del enemigo de Dios en su frente, y será declarado su siervo en el día de la manifestación de los hijos de Dios.

C, J. Vaughan, Harrow Sermons, segunda serie, pág. 469.

Referencia: 2 Crónicas 13:8 ; 2 Crónicas 13:12 ; 2 Crónicas 13:15 Spurgeon, Mis notas del sermón: Génesis a Proverbios, p. 96.

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