Génesis 27:38

I. El carácter de Esaú tiene indudablemente un lado hermoso. Esaú no fue de ninguna manera un hombre de iniquidad o vileza absoluta; juzgado de acuerdo con el estándar de muchos hombres, pasaría por una persona muy digna y estimable. Toda la historia del trato que dio a Jacob pone su carácter en una luz muy favorable: lo representa como una persona generosa y de corazón abierto, que, aunque podría ser rudo en sus modales, le gusta la vida salvaje, tal vez tan grosera y grosera. Aunque su cuerpo no tuviera una mente pulida, tenía todavía un alma noble, que era capaz de hacer lo que las mentes pequeñas a veces no pueden hacer, es decir, perdonar libremente un mal cruel que se le ha hecho.

II. Sin embargo, no es sin razón que el apóstol califica a Esaú como una persona profana. El defecto de su carácter puede describirse como una falta de seriedad religiosa; no había nada espiritual en él, ni reverencia por las cosas santas, ni indicios de un alma que no pudiera encontrar suficiente gozo en este mundo, pero que aspirara a los gozos que están a la diestra de Dios para siempre. Con el título de profano, el apóstol quiere describir al hombre carnal, no espiritual, el hombre que toma su posición en este mundo como el fin de sus pensamientos y el escenario de toda su actividad, que considera la tierra como un gran campo de caza, y hace la satisfacción de sus deseos corporales y saborea todo el fin de la vida.

III. El arrepentimiento de Esaú fue consistente con su carácter; era manifiestamente del tipo incorrecto. Fue enfáticamente el dolor de este mundo, el dolor por la pérdida del maíz y el vino. Jacob había tomado su primogenitura para poder perdonarlo; pero a Esaú le entristeció hasta el alma que Jacob hubiera recibido la promesa de las riquezas del mundo además. Continuó en su corazón sin cambios, por lo que no encontró lugar para el arrepentimiento, aunque lo buscó cuidadosamente con lágrimas.

Obispo Harvey Goodwin, Sermones parroquiales, segunda serie, p. 1.

Referencias: Génesis 27:38 . T. Arnold, Sermons, vol. iv., pág. 133; S. Leathes, Truth and Life, pág. 54. Génesis 27:41 . RS Candlish, Libro del Génesis, vol. ii., pág. 1; M. Dods, Isaac, Jacob y Joseph, pág.

79. Génesis 27 Parker, vol. i., pág. 268. Génesis 28:1 . RS Candlish, Libro del Génesis, vol. ii., pág. 1. Génesis 28:10 . F. Langbridge, Sunday Magazine, 1885, pág. 675.

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