Génesis 50:20

En este estudio del modo de conducta Divino, encontraremos (1) una luz para la interpretación de los caminos de la Providencia; (2) un ejemplo a seguir.

I. Dios permite el mal, pero del mal incesantemente hace que proceda el bien. Si el bien no estuviera destinado a vencer al mal, Dios sería conquistado, o más bien Dios dejaría de serlo. Esta ley aparece llena de luz cuando leemos la historia de hombres como José, Moisés y David; y en ninguna parte es más evidente que en la vida de Jesucristo. Aquí el mal se destaca en su intensidad más espantosa, y de ese mismo exceso surge la salvación de la humanidad.

II. Dado que las Escrituras nos llaman a ser imitadores de Dios, como Él debemos esforzarnos por sacar el bien del mal. Para las almas creyentes existe una alquimia divina. Su objetivo es transformar el mal en bien. El mal, considerado como una prueba, proviene de tres fuentes diferentes: proviene de Dios, a través de las aflicciones de la vida; de los hombres, por su animosidad; de nosotros mismos, a través de nuestras faltas. Podemos aprender lecciones divinas del dolor, lecciones de sabiduría de nuestros enemigos; incluso podemos recibir instrucción de nuestras faltas.

E. Bersier, Sermones, segunda serie, pág. 380.

Referencias: Génesis 50:20 . J. Van Oosterzee, El año de la salvación, vol. ii., pág. 382; WM Taylor, Limitaciones de la vida, pág. 249. Génesis 50:22 RS Candlish, Libro del Génesis, vol. ii., pág. 335. Génesis 50:24 . FW Robertson, Sermones, primera serie, pág. 304; FW Robertson, Notes on Genesis, pág. 191; W. Bull, Christian World Pulpit, vol. xxi., pág. 371.

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