Isaías 28:17

Todos los hombres se saben pecadores contra Dios. También saben que, como pecadores, están en peligro y no están a salvo. De ahí su ansiedad por encontrar algún refugio para la seguridad. Saben que podrían encontrar esto en la forma de abandonar el pecado y volverse al Señor; pero no eligen abandonar sus pecados. Por tanto, no parece haber otro recurso más conveniente que esconderse bajo algún refugio. Nuestro texto habla del "refugio de la mentira". Note algunos de estos refugios.

I. Una esperanza del cielo que no santifica. Una buena esperanza purifica el corazón. Pero ciertamente hay esperanzas satisfechas que no logran purificar el corazón de quienes las sostienen. Esas esperanzas carecen de valor un mero refugio de mentiras.

II. Una vieja experiencia, que es toda vieja, es una mentira.

III. Hay dos formas de justicia propia, la legal y el Evangelio, y ambas son refugios de mentiras. Lo legal depende del cumplimiento del deber, tratando cada vez más de obrar la salvación mediante las obras de la ley. La forma del Evangelio se propone obtener la gracia por las obras. Los hombres tratan de tener un corazón nuevo, no tratando de apartarse de todo pecado, sino orando por él.

IV. El universalismo es un antiguo refugio de mentiras. Nunca salvó a ningún hombre del pecado. No arroja ninguna influencia en esa dirección.

V. Dios declara que "el granizo barrerá el refugio de la mentira". Sin duda, el granizo es el símbolo del disgusto de Dios. Ama demasiado la verdad como para sentir la menor simpatía por las mentiras. Ama demasiado las almas de los hombres como para tener paciencia con agentes tan destructivos. Por lo tanto, aborrece todos estos refugios de mentiras y ha declarado solemnemente que el granizo los barrerá a todos.

VI. Hay un refugio que no es de mentiras. Hay un escondite que las aguas no pueden llegar a abrumar. Se encuentra muy por encima de su curso. Necesitas entrar en tal comunión con Cristo, que Su poder, presencia y plenitud fluyan a través de tu corazón plena y libremente, y sean en ti un pozo de agua que brote para vida eterna.

CG Finney, Sermones sobre temas del Evangelio, pág. 119.

Referencias: Isaías 28:17 . Spurgeon, Sermons, vol. xxv., No. 1501. Isaías 28:20 . WH Langhorne, Penny Pulpit, núm. 1030; Spurgeon, Sermons, vol. v., núm. 244; Revista homilética, vol. viii., pág. 67. Isaías 28:23 .

S. Cox, Expositor, primera serie, vol. i., pág. 88. Isaías 28:24 . Revista homilética, vol. xi., pág. 142. Isaías 28:25 . Spurgeon, Sermons, vol. xxvii., No. 1626. Isaías 28:29 . Ibíd., Vol. xii., No. 711.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad