Zacarías 8:5

I. Aprenda del texto que Dios piensa en los niños y las niñas, y se da cuenta de lo que hacen.

II. Aprenda que Dios permite que los niños y las niñas jueguen. (1) El juego se adapta a la edad de niños y niñas. (2) El juego ayuda a los niños a crecer fuertes y saludables. (3) El juego enseña a los niños a soportar y a resistir, ya soportar las desilusiones. (4) El juego hace que los niños y las niñas aprendan mejor cuando se termina. (5) El juego de cualquier tipo es mejor que la inactividad.

III. Recuerde estos cuatro consejos: (1) En todo su juego recuerde el ojo y el oído de Dios. (2) En todo tu juego, mantén tu temperamento. (3) No descuide el trabajo por jugar. (4) Nunca olvides que toda la verdadera felicidad proviene de Cristo.

Obispo Ryle, Niños y niñas jugando, p. 9.

Referencias: Zacarías 8:5 . FW Farrar, En los días de tu juventud, pág. 367; JN Norton, Todos los domingos, pág. 335.

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