1 Crónicas 28:9

9 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú lo buscas, él se dejará hallar; pero si lo abandonas, él te desechará para siempre.

EL SERVICIO DEL SEÑOR

'Sírvale con un corazón perfecto y una mente dispuesta'.

1 Crónicas 28:9

Si Salomón hubiera seguido siempre y con determinación este consejo que su padre le ofreció al comienzo de su carrera, habría llevado una vida más noble y habría dejado tras de sí un recuerdo menos ambiguo. Porque el corazón es la fuente de la conducta, y es al afectar la naturaleza espiritual que la verdadera religión gobierna la vida e influye en la sociedad para lograr el propósito más sagrado. ¿Qué mejor consejo se puede dar a los jóvenes?

I. El conocimiento del Señor. —Esto se recomienda como el comienzo de la verdadera sabiduría y felicidad. Que los jóvenes se esfuercen por informarse sobre el carácter, los propósitos y la voluntad de su Creador y Salvador, como se proclama en Apocalipsis, y así sentarán las bases para su bienestar futuro. La ignorancia aquí es una locura.

II. La búsqueda del Señor. —Esta es la acción práctica que corresponde y sigue a los conocimientos teóricos. Se puede buscar a Dios en las aspiraciones y oraciones de una naturaleza devota y consultando los oráculos sagrados. La misericordiosa promesa está aquí, como en tantos lugares, concedida, que los que buscan encontrarán.

III. El servicio del Señor. - (1) Observe la disposición con la que debe emprenderse este servicio: la alegría es característica de toda obediencia verdadera y aceptable. (2) Observe la medida de la consagración: una entrega perfecta , es decir, indivisa, de toda la naturaleza a Aquel que merecía una devoción completa y que no aceptará ningún tributo parcial. (3) Observe la naturaleza práctica de la religión verdadera como se establece aquí; conocer y buscar al Señor debe considerarse como una introducción a un curso de servicio diario y una devoción y obediencia incansables.

Ilustración

A bordo de los barcos se ha observado que los marineros nunca son tan problemáticos y propensos a amotinarse como cuando no tienen trabajo para mantenerlos empleados. Esto explica la conducta de un conocido capitán de barco que solía poner a sus hombres a fregar el ancla cuando no tenían nada más que hacer. Nadie fue enviado al mundo para estar inactivo. Todos tienen algunos talentos comprometidos a su cargo, y se espera que todos hagan el mejor uso de ellos que su tiempo les permita. Cuán llenas de sabiduría son las palabras de Salomón: "Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo con tus fuerzas, porque no hay obra en el sepulcro adonde vas". '

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