UN BUEN REY EN SU MEJOR

"Josafat ... se dispuso a buscar al Señor".

2 Crónicas 20:3

I. En esta lección tenemos una escena en la que se observa a Josafat en su mejor momento , ocupando el trono de Judá como todo rey humano debería haberlo ocupado, es decir, como el vicegerente de Dios, quien fue en todo momento el Todopoderoso, invisible. Rey de Israel. El rey, en medio de la gran asamblea, de pie en la casa del Señor, imploró públicamente la protección y la ayuda de Dios.

II. Una oración como la que hizo Josafat ( vv. 6-12) es muy digna de meditación. —Nótese cómo reconoció la soberanía, omnipotencia, fidelidad y presencia de Dios, y cómo confesó la necesidad del pueblo, su impotencia, su ignorancia y su fe: 'No tenemos poder contra esta gran compañía que viene contra nosotros; ni sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están puestos en ti. '

III. Tal oración siempre trae resultados. —Instantáneamente Dios respondió; y Jahaziel, sobre quien había caído el Espíritu del Señor, se dirigió al rey ya la multitud reunida con estas palabras: “Así os ha dicho Jehová: No temáis ni desmayéis por esta gran multitud; porque la batalla no es tuya, sino de Dios. Se les dijo que al día siguiente debían atacar a sus enemigos, aunque no serían llamados a pelear.

Simplemente debían estar allí para ver la salvación del Señor y regocijarse en ella. Ante esto, el pueblo se postró sobre sus rostros para adorar, y los levitas se pusieron de pie para cantar alabanzas a Dios. A la mañana siguiente, temprano, el ejército partió, encabezado por una banda de cantantes, que cantaban a medida que avanzaban como si la batalla ya estuviera ganada.

IV. Caminaban por fe y no por vista. —Dios había dicho que la victoria debería ser suya, y la consideraban un hecho consumado. ¡Qué ejemplo para nosotros es esta imagen! Las huestes de Satanás se combinan contra nosotros, pero si nuestro corazón y nuestra vida están bien con Dios, de modo que podamos orar la oración ferviente y eficaz del justo, y luego considerarlo cumplido, y alabar a Dios por la fe de que la victoria es nuestra, será nuestro sin conflicto ni pérdida, y con ello seremos muy enriquecidos.

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