Isaías 25:1

1 ¡Oh SEÑOR, tú eres mi Dios! Te exaltaré; alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas. Desde antaño tus designios son fieles y verdaderos.

ACCIÓN DE GRACIAS

'Alabaré tu nombre'.

Isaías 25:1

Isaías vivió en tiempos tristes y degenerados, pero aún era un hombre de espíritu de alabanza y perspectiva esperanzada. Isaías tenía personalmente un espíritu de esperanza porque podía cantar: 'Oh Señor, tú eres mi Dios', y al considerar a Israel, su fe en las misericordias del pacto de Jehová, que seguramente se cumplirían a lo largo de los siglos, lo fortaleció contra abatimiento temporal. Isaías se sintió impulsado a alabar cuando miró hacia atrás y recordó que el Señor ya había 'hecho cosas maravillosas', que Sus 'consejos de antaño' habían sido fidelidad y verdad, y luego trabajó desde los tiempos pasados ​​hacia los tiempos futuros de los tiempos religiosos. experiencia, anticipando el cumplimiento de las promesas mesiánicas cuando Dios haría para todas las personas 'una fiesta de cosas gordas', 'tragaría la muerte en victoria' y 'enjugaría las lágrimas de todos los rostros'.

I. La acción de gracias es propiamente la nota clave de la vida redimida. —Siempre es 'bueno dar gracias al Señor'. La alabanza es hermosa para los rectos. No hay canción en la vida del pecado. El escepticismo no tiene himnología.

Deja que aquellos se nieguen a cantar

Que nunca conoció a nuestro Dios:

Pero los hijos del Rey Celestial

Que suene su alabanza en el exterior.

II. El carácter de la acción de gracias no debe limitarse a una sola vez ni a un solo conjunto de circunstancias. —El 'Día de Acción de Gracias' debería ser todos los días. El espíritu de alabanza debe atravesar toda la vida. Como la luz del sol, debería bañar todas las cosas en gloria.

La vida cristiana es una continua 'fiesta de cosas gordas'. Las bendiciones de la vida son más que sus cargas. Todos estos dones vienen en el camino de la misericordia inmerecida. Whittier canta:

¡Oh favores todos los años renovados!

¡Oh regalos con lluvia y sol enviados!

La recompensa sobrepasa nuestro debido,

La plenitud avergüenza nuestro descontento.

III. Nunca debería suceder que las quejas lleguen al Señor más rápido que el reconocimiento de Su misericordia. —Es una vergüenza recibir a Dios sin enviar ningún salmo de alabanza como respuesta. Alaben los redimidos del Señor. El Señor es digno de ser alabado, y la acción de gracias hará que las bendiciones que ahora están en la mano sean más dulces, mientras que hará que la venida de más recompensas en el futuro sea más segura.

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