Salmo 111:9

9 Ha enviado redención a su pueblo; para siempre ha ordenado su pacto. Santo y temible es su nombre.

REVERENCIA HACIA DIOS

'Santo y reverendo es Su nombre'.

Salmo 111:9

¿Cuál es el carácter de la época en que vivimos? Es una época de gran avance y progreso, pero, ¡ay! una época de irreverencia. Hay muchas cosas que dan a la época este tono de irreverencia, pero el tiempo no me permitirá detenerme en todas ellas. Echaré un vistazo a dos de ellos: (1) La superficialidad prevaleciente; (2) la impaciencia general de la autoridad .

I. Los diarios, la literatura barata que circula tan enormemente, todo contribuye a esta superficialidad, esta superficialidad de pensamiento. —Ahora, en materia de religión, esta superficialidad es dolorosamente evidente. Hay muchos cuya religión consiste en unas pocas doctrinas aprendidas de memoria de la misma manera superficial, sin ninguna aprehensión real de las verdades profundas encarnadas en ellas; una religión cuyo origen fue emocional, y cuyo ser presente no es más que el mero recuerdo de esa emoción, pero sin vida espiritual duradera, sin caminar cercano con Dios, sin abnegación real, sin comunión personal con el Salvador.

II. Otra fuente de reverencia que hemos mencionado es la impaciencia generalizada de la autoridad. —Los hombres profesan en estos días ser mucho más sabios que sus antepasados; ya no correrán por el mismo camino estrecho, ni serán cegados por los mismos prejuicios, ni estarán rodeados por las mismas barreras que sus antepasados. Así que tenemos el mundo moviéndose de un lado a otro con nuevas nacionalidades y nuevas teorías de gobierno.

En nuestra propia tierra, las clases trabajadoras están comenzando a encontrar su fuerza y ​​a afirmarla de manera muy significativa. Ahora se abandonan las viejas formas de pensar, se atacan con rudeza las verdades hasta ahora aceptadas y se sacuden bruscamente los cimientos de la sociedad.

-Rvdo. Forbes E. Winslow.

Ilustración

¡Oh, con qué audacia y familiaridad los hombres hablan del Ser supremo, cómo invocan Su ayuda en sus injustas disputas, cómo usan Su santo Nombre para sancionar sus actos inicuos y sin ley! ¡Cuán valientemente corren a Su presencia, cuán descuidadamente se aventuran a arrodillarse y alzar la voz en oración, y sin un sentimiento de solemnidad o temor piadoso, insultan al Dios que deberían adorar con reverencia con la expresión fría e infiel de sus labios impasibles! '

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