LA PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN.

S T. JUAN fue el último de los escritores del nuevo testamento y cerró el canon de las escrituras cristianas. En sus epístolas y revelación, despliega la sabiduría divina y revela con hermosa sencillez la verdad de Dios. Él inscribe esta epístola a sus niños pequeños, que lo habían escuchado predicar, para que pudiera preservarlos del pecado y fortalecerlos contra el anticristo, que ya había aparecido, negando que Cristo había venido en carne.

Así como habían surgido sectas herejes y judías entre las iglesias, él desarrolla la gloria de la verdadera fe católica, que Jesucristo es el Hijo de Dios; y por consecuencia, la gloria de su adopción, como hijos de Dios. Los exhorta a amar al Señor con un amor puro y perfecto, a ser valientes en confesar a Cristo ante el tribunal de los príncipes, como él mismo les había dado ejemplo, y a amar a sus hermanos con puro afecto y abundar en todas las buenas obras.

De la autenticidad de esta epístola, la iglesia nunca ha tenido dudas. Todo el estilo y los modales son el propio John, que aún vive y habla con sus hijos pequeños.

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