Las crónicas, no ese libro canónico de crónicas; porque eso fue escrito mucho después de este libro: pero un libro de registros civiles, los anales, donde todos los pasajes notables fueron registrados por orden del rey de día en día; de donde el sagrado calígrafo, por la dirección del espíritu de Dios, tomó los pasajes que eran más útiles para el honor de Dios y la edificación del hombre.

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