Tirsa: ahora la ciudad real de Israel. Allí se quedó para defender sus propios reinos, y no se atrevió a regresar para oponerse a Asa, no fuera que el rey sirio hiciera una segunda invasión. Así que Asa tuvo éxito en este curso impío, ya que los hombres buenos a veces se encuentran con desilusión por una buena causa y curso. De modo que no se pueden juzgar las causas por los eventos.

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