Deja ir la presa - En parte por el bien del ave, que sufrió bastante por la pérdida de sus crías; porque Dios no habría ejercido crueldad hacia las criaturas brutas: y en parte por el bien de los hombres, para refrenar su codicia, que no deberían monopolizar todo para sí mismos, sino dejar las esperanzas de una futura semilla para otros.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad