Moisés escuchó la voz de su suegro. Cuando llegó a considerar el asunto, vio su razonabilidad y resolvió ponerlo en práctica, lo que hizo poco después, cuando recibió instrucciones de Dios. No son tan sabios como se cree que son los que se creen demasiado sabios para ser aconsejados; porque el sabio escuchará y aumentará su conocimiento, y no despreciará el buen consejo, aunque lo dé un inferior.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad