El manto del efod - Este era el siguiente debajo del efod, y llegaba hasta las rodillas, sin mangas, y se ponía sobre la cabeza, con agujeros en los costados para pasar los brazos, o, como lo describe Maimónides, era no cosidos en los lados en absoluto. El agujero en la parte superior a través del cual se introdujo la cabeza estaba cuidadosamente cerrado para que no se rasgara al ponerse. Las campanas avisaron a la gente en el atrio exterior, cuando él fue al lugar santo para quemar incienso, para que luego pudieran dedicarse a sus devociones al mismo tiempo, Lucas 1:10, en señal de su concurrencia con él, y sus esperanzas de que sus oraciones a Dios asciendan en la virtud del incienso que él ofreció. Aarón debe acercarse para ministrar con las vestiduras que le fueron asignadas, para que no muera. Es bajo su responsabilidad si asiste de otra manera que no sea de acuerdo con la institución.

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