Tenemos aquí la composición del matrimonio entre Isaac y Rebeca, relacionada en gran medida y en particular. Por lo tanto, se nos ordena que tomemos nota de la providencia de Dios en los pequeños sucesos comunes de la vida humana, y en ellos también ejercitemos nuestra propia prudencia y otras gracias: porque la Escritura no fue pensada solo para el uso de filósofos y estadistas, sino para haznos a todos sabios y virtuosos en la conducta de nosotros mismos y de nuestras familias.

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