Dio obsequios o porciones al resto de sus hijos, tanto a Ismael, aunque al principio lo envió vacío, como a sus hijos por Cetura. Era justicia proveerlos; los padres que no hacen eso, son peores que los infieles. Fue prudente establecerlos en lugares distantes de Isaac, para que no fingieran dividir la herencia con él. Hizo esto mientras aún vivía, para que no se hubiera hecho o no tan bien después.

En muchos casos, es prudente que los hombres hagan de sus propias manos sus ejecutores, y lo que encuentren para hacer, hacerlo mientras vivan. Estos hijos de las concubinas fueron enviados al país que estaba al este de Canaán, y su posteridad fueron llamados los hijos del este, famosos por su número. Su gran aumento fue el fruto de la promesa hecha a Abraham de que Dios multiplicaría su simiente.

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