No aflojes tu mano; no descuides ni tardes en ayudarnos. A quien estás obligado a proteger tanto en el deber como tú eres nuestro amo; y por tu propio interés, somos parte de tus posesiones; y en ingenio, porque nos hemos entregado a ti y nos hemos puesto bajo tu protección. En las montañas, en el país montañoso.

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