El pueblo - A los ancianos, por quienes se impartiría a todos los demás, y a todo el pueblo que viniera allí. Les habló en el nombre de Dios, y como de él, en el lenguaje de un profeta: Así ha dicho Jehová. Jehová, el gran Dios y el Dios de Israel, a quien estás especialmente comprometido a escuchar. El diluvio - O, el río, es decir, el Éufrates, llamado así a modo de eminencia. Sirvieron, es decir, tanto Abraham como Nacor no eran menos idólatras que el resto de la humanidad.

Esto se dice para evitar que se jacten en vano de sus dignos antepasados, y para asegurarles que todo lo bueno que hubo en sus progenitores, o que lo hubieran hecho, era totalmente de la gracia gratuita de Dios, y no por su propio mérito o justicia.

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