Lloró - No tanto por sus pecados, sino por su derrota y pérdida. Hermano mío, atribuyen su mal éxito, no a sus propios pecados, sino a que se han alzado en armas contra sus hermanos. Pero aún persisten en su antiguo descuido de buscar la ayuda de Dios en el camino que él había designado, como ellos mismos reconocieron en la actualidad, haciendo las mismas cosas que ahora descuidaron.

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