Epístola de Cipriano LIV

el Señor nada dijo con reproche contra el sumo sacerdote, ni desvirtuó nada del honor del sacerdote; sino más bien afirmando su propia inocencia, y mostrándola, dice: "Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?"[20]

Epístola de Cipriano LXIV

Con esa humildad que nos enseñó también a ser humildes, todavía lo llamó sacerdote a quien sabía sacrílego; también bajo el mismo aguijón de su pasión, cuando había recibido un golpe, y le decían: "¿Respondiste así al sumo sacerdote?" Nada dijo con reproche contra la persona del sumo sacerdote, sino que sostuvo su propia inocencia. diciendo: "Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?"[10]

Epístola de Cipriano LXVIII

Y además el Señor, en el Evangelio, cuando se le dice: "¿Respondes así al sumo sacerdote?", guardando la dignidad sacerdotal, y enseñando que debe mantenerse, nada diría contra el sumo sacerdote, sino sólo aclarando Su propia inocencia, respondió, diciendo: "Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?"[8]

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