Mostrando misericordia a miles.

Hasta la milésima generación. A los que aborrecen a Dios, las consecuencias de la iniquidad se extienden hasta la tercera y cuarta generación, pero a los que le aman, su misericordia se extiende hasta la milésima generación, o para siempre. Los que aman a Dios son los que no tienen otro Dios sino el Dios verdadero y los que guardan sus mandamientos.

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Nuevo Testamento