Ver 41. Y les dijo: ¿Cómo dicen ellos que el Cristo es hijo de David? 42. Y el mismo David dijo en el libro de los Salmos: El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, 43. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 44. David, por tanto, le llama Señor, ¿cómo es entonces que es su hijo?

TEOFILO. Aunque nuestro Señor estaba a punto de entrar en Su Pasión, Él proclama Su propia Deidad, y eso tampoco con despreocupación ni con jactancia, sino con modestia. Porque les hace una pregunta, y habiéndolos dejado perplejos, les deja razonar la conclusión; como sigue: Y les dijo: ¿Cómo dicen ellos que el Cristo es hijo de David?

Ambrosio; No se les reprocha aquí porque reconocen que Él es el Hijo de David, porque el ciego por haberlo hecho fue considerado digno de ser sanado. Y los niños decían: Hosanna al Hijo de David, rindieran a Dios gloria de alabanza suprema; pero son censurados porque creen que Él no es el Hijo de Dios. Por eso se añade, Y el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor.

Tanto el Padre es Señor como el Hijo es Señor, pero no hay dos Señores, sino un Señor, porque el Padre está en el Hijo, y el Hijo está en el Padre. Él mismo se sienta a la diestra del Padre, porque es igual al Padre, inferior a ninguno; porque sigue: Siéntate a mi diestra. No se le honra sentándose a la diestra, ni se le degrada por ser enviado. No se buscan grados de dignidad, donde está la plenitud de la divinidad.

AGO. Por el sentarse no debemos concebir una postura de los miembros humanos, como si el Padre se sentara a la izquierda y el Hijo a la derecha, sino que la misma mano derecha debemos interpretarla como el poder que recibió aquel Hombre que fue tomado en Él mismo por Dios, para que viniera a juzgar, el que primero vino para ser juzgado.

Cirilo; O, que Él se sienta a la diestra del Padre prueba Su gloria celestial. Porque cuyo trono es igual, su Majestad es igual. Pero sentarse cuando se dice de Dios significa reino y poder universal. Por tanto, está sentado a la diestra del Padre, porque el Verbo, que procede de la sustancia del Padre, al hacerse carne, no quita su gloria divina.

TEOFILO. Él manifiesta entonces que no se opone al Padre, sino que está de acuerdo con Él, ya que el Padre resiste a los enemigos del Hijo, Hasta que ponga a sus enemigos por estrado de sus pies.

Ambrosio; Debemos creer, pues, que Cristo es tanto Dios como hombre, y que el Padre somete a sus enemigos a él, no por la debilidad de su poder, sino por la unidad de su naturaleza, ya que en uno obra el otro. Porque también el Hijo somete al Padre a los enemigos, glorificando al Padre en la tierra.

TEOFILO. Por tanto, hace la pregunta, y habiendo suscitado sus dudas, les deja deducir la consecuencia; como sigue, David por lo tanto lo llama Señor, ¿cómo es él entonces su hijo?

CHRYS David en verdad era tanto el Padre como el siervo de Cristo, el primero según la carne, el segundo en el Espíritu.

Cirilo; Nosotros, pues, igualmente, en respuesta a los nuevos fariseos que no confiesan al Hijo de la Santísima Virgen como el verdadero Hijo de Dios, ni como Dios, sino que dividen a un hijo en dos, ponemos objeciones similares: ¿Cómo, pues, el Hijo de David es Señor de David, y eso no por señorío humano, sino divino.

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