David ahora es expulsado de la presencia de Saúl, y se convierte en un errante en la tierra. Ya no es la sumisión total a Saúl, siendo él mismo el recipiente de la energía de Dios. Ahuyentado por Saúl, David había vuelto a la fuente del testimonio de Dios; y Saúl se había atrevido otra vez a buscar su vida, aun cuando estaba con Samuel. Se ha deshecho por completo de la última restricción y se ha olvidado de todo lo que debería haberle recordado a Dios, y detuvo su mano.

Buscando su propia gloria y aprovechándose de su posición adquirida, la presencia de Samuel ya no tiene control sobre su conciencia. Incluso ya no es "Hónrame delante de los ancianos de mi pueblo"; no valora en nada al profeta; viene, a pesar de sí mismo, bajo una influencia que ha despreciado. David está así protegido de su malicia. Ahora no podía volver a Saúl. Habría sido unirse al menosprecio del testimonio de Dios.

Porque, ¿qué se puede hacer cuando un hombre profetiza y, sin embargo, va en contra del poder que no puede negar? David toma vuelo. Pero el estado de Saúl es nuevamente probado por este estado de cosas. Jonathan apenas puede dar crédito a la mala voluntad de su padre. Pero, antes de ponerlo a prueba, se manifiesta muy claramente su devoción a David. Su fe y su corazón reconocen lo que el ciego Saúl no puede recibir ( 1 Samuel 20:13-17 ).

Incluso cuando David es expulsado, la fe de Jonatán no se tambalea; su corazón no está separado de aquel a quien su alma amaba, cuando, radiante de juventud y de la gloria de su victoria sobre Goliat, David respondió a Saúl con una modestia que realzaba su brillo. Lo ama cuando está deshonrado y fugitivo. Lo reconoce como elegido de Dios, y une las esperanzas de su casa a la gloria de su amado [1].

Pero Jonatán no sigue a David y cae con Saúl. Cualquiera que sea la opinión que podamos tener con respecto al significado típico de esta parte de su historia, vemos en él que todo lo que está aliado al sistema carnal, que está conectado exteriormente con los intereses del pueblo y el nombre de Dios, cae, en cuanto a este mundo, con el sistema que perece por completo. David, informado por Jonatán del estado de ánimo de Saúl, se marcha; y Jonatán regresa a la ciudad.

Nota 1

Véase 1 Samuel 23:16-17 . Pero lo que allí propuso Jonathan no pudo ser; es decir, la conexión entre el antiguo sistema en la carne y la gracia y el propósito de Dios. Jonatán, aunque amaba a David, caminó con el anciano, al cual Dios iba a juzgar.

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