En el capítulo 31 presenta a Josué como el líder bajo el cual el pueblo tomaría posesión de la tierra prometida. Ordena que la ley se lea ante todos cada siete años, para que todos puedan tomar nota de ella, en el momento solemne en que, gozando de nuevo, por así decirlo, de la bendición que les aseguró, se sometieron a ella. como testimonio de que la tierra, como todo, pertenecía a Jehová.

Posteriormente, cuando Josué se establece en su cargo, se ordena a Moisés que comunique al pueblo un cántico inspirado por Dios, que, fundado en la certeza de la iniquidad del pueblo, anuncia los caminos del Señor hacia él; mandando a los levitas, al mismo tiempo, que pusieran la ley escrita a un lado del arca, para testimonio contra el pueblo.

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