El siguiente comentario cubre los capítulos 15, 16, 17 y 18.

En los capítulos 15 y 16 se juzga a Moab. Se les advierte que el trono de David será establecido, y el opresor será exterminado de la tierra. En el capítulo 17 tenemos la invasión de los ejércitos del norte, las naciones reunidas. Damasco es derrocado. Israel será como unas cuantas bayas en las ramas más altas. No obstante, mirarán a su Hacedor, y las naciones reunidas perecerán ante el poder manifestado de Dios.

El bosquejo de esta última invasión de Israel da lugar a una profecía breve pero muy clara de su condición en los últimos días, y que está contenida en el capítulo 18. Serán restaurados por medio de alguna nación poderosa, fuera de los límites [1] de sus entonces relaciones nacionales; pero Jehová se mantiene aparte de Su propia relación con ellos, aunque ordenando todas las cosas. Entonces, cuando Israel comience a retoñar como una vid en la tierra, serán entregados como presa a las naciones. Empero en aquel tiempo serán traídos como ofrenda a Jehová, y ellos mismos traerán también ofrenda.

Nota 1

Los ríos de Cus, Nilo y Éufrates.

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