Isaías 18:1-7

1 ¡Ay de la tierra del zumbido de alas, que está más allá de los ríos de Etiopía!

2 Ella envía embajadores por mara en navíos de junco sobre las aguas. Vayan, oh veloces mensajeros, al pueblo de alta estatura y piel brillante, al pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos.

3 Ustedes, todos los habitantes del mundo y moradores de la tierra, verán cuando se levante la bandera sobre las montañas, y escucharán cuando se toque la corneta.

4 Porque así me ha dicho el SEÑOR: “Estaré tranquilo y miraré desde mi morada, como el calor que vibra ante la luz, como una nube de rocío en el calor de la cosecha”.

5 Porque antes de la cosecha, cuando la flor se acaba y se produce el fruto, se maduran las uvas. Entonces podará los brotes con podaderas, y quitará y cortará las ramas.

6 Serán dejados para las aves de rapiña de las montañas y para los animales de la tierra. Sobre ellos pasarán el verano las aves de rapiña, y allí invernarán todos los animales de la tierra.

7 En aquel tiempo será traído presente al SEÑOR de los Ejércitos, de parte del pueblo de alta estatura y piel brillante, pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos. Será traído presente al lugar dedicado al nombre del SEÑOR de los Ejércitos, al monte Sion.

El siguiente comentario cubre los capítulos 15, 16, 17 y 18.

En los capítulos 15 y 16 se juzga a Moab. Se les advierte que el trono de David será establecido, y el opresor será exterminado de la tierra. En el capítulo 17 tenemos la invasión de los ejércitos del norte, las naciones reunidas. Damasco es derrocado. Israel será como unas cuantas bayas en las ramas más altas. No obstante, mirarán a su Hacedor, y las naciones reunidas perecerán ante el poder manifestado de Dios.

El bosquejo de esta última invasión de Israel da lugar a una profecía breve pero muy clara de su condición en los últimos días, y que está contenida en el capítulo 18. Serán restaurados por medio de alguna nación poderosa, fuera de los límites [1] de sus entonces relaciones nacionales; pero Jehová se mantiene aparte de Su propia relación con ellos, aunque ordenando todas las cosas. Entonces, cuando Israel comience a retoñar como una vid en la tierra, serán entregados como presa a las naciones. Empero en aquel tiempo serán traídos como ofrenda a Jehová, y ellos mismos traerán también ofrenda.

Nota 1

Los ríos de Cus, Nilo y Éufrates.

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