Isaías 28:1-29

1 ¡Ay de la corona de soberbia de los borrachos de Efraín y de la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundanciac, de los aturdidos por el vino!

2 He aquí que viene de parte del SEÑOR alguien que es fuerte y poderoso. Derriba a tierra con fuerza, como tormenta de granizo y tempestad destructora, como tormenta de recias aguas que inundan.

3 Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los borrachos de Efraín.

4 Y la flor marchita de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza de los que se glorían de la abundanciac, será como la fruta temprana, antes del verano, la cual cuando alguien la ve, se la traga tan pronto como la tiene en su mano.

5 En aquel día el SEÑOR de los Ejércitos será corona de hermosura y diadema de gloria para el remanente de su pueblo.

6 Él será espíritu de justicia para el que preside el juicio, y de valor para los que vuelven el ataque hasta las puertas de la ciudad.

7 Pero también estos han errado a causa del vino, y han divagado a causa del licor. El sacerdote y el profeta han errado a causa del licor; han sido confundidos a causa del vino. Han divagado a causa del licor; han errado en su visión y han titubeado en sus decisiones.

8 Todas las mesas están llenas de vómito repugnante, hasta no quedar lugar limpio.

9 Dicen: “¿A quién enseñará conocimiento, o a quién hará entender el mensaje? ¿A los que recién han sido destetados? ¿A los que recién han sido quitados de los pechos?

10 Porque mandato tras mandato, mandato tras mandato; línea tras línea, línea tras línea; un poquito allí, un poquito allí…”.

11 ¡Ciertamente, con balbuceo de labios y en otro idioma hablará Dios a este pueblo!

12 A ellos había dicho: “Este es el reposo; den reposo al cansado. Este es el lugar de descanso”. Pero ellos no quisieron escuchar.

13 Por lo cual, la palabra del SEÑOR para ellos será: “Mandato tras mandato, mandato tras mandato; línea tras línea, línea tras línea; un poquito allí, un poquito allí; para que vayan y caigan de espaldas y sean quebrantados, atrapados y apresados”.

14 Así que, oh escarnecedores que gobiernan este pueblo en Jerusalén, escuchen la palabra del SEÑOR.

15 Porque han dicho: “Hemos realizado un pacto con la muerte; con el Seol hemos hecho un convenio. Cuando pase el torrente arrollador, no llegará a nosotros; porque hemos puesto al engaño como nuestro refugio, y en la mentira nos hemos escondido”.

16 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: “He aquí que yo pongo como cimiento en Sion una piedra, una piedra probada. Una preciosa piedra angular es puesta como cimiento. El que crea no se apresure.

17 Pondré el derecho por cordel y la justicia por plomada. El granizo barrerá el refugio del engaño, y las aguas inundarán su escondrijo.

18 Entonces su pacto con la muerte será anulado, y su convenio con el Seol no prevalecerá. Cuando pase el torrente arrollador serán aplastados por él.

19 Cada vez que pase, los arrebatará; porque pasará mañana tras mañana, de día y de noche. Entonces entender el mensaje solo traerá terror”.

20 La cama es demasiado corta para estirarse sobre ella, y la manta es demasiado estrecha para envolverse en ella.

21 Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perazim, y se enardecerá como en el valle de Gabaón, para hacer su obra, su rara obra; para hacer su trabajo, su extraño trabajo.

22 Ahora pues, no sigan haciendo escarnio, para que no se aprieten más sus ataduras. Porque he oído, de parte del SEÑOR Dios de los Ejércitos, que sobre toda la tierra ha sido decretada la destrucción.

23 Estén atentos y escuchen mi voz; presten atención y escuchen mi dicho:

24 ¿Acaso para sembrar el labrador solo ara, rompe y deshace los terrones de tierra durante todo el día?

25 Después de haber emparejado la superficie, ¿no esparce el eneldo, arroja el comino y pone el trigo en franjas, la cebada en su lugar y el centeno en el borde?

26 Su Dios le enseña y lo instruye en cuanto a lo que es correcto:

27 que el eneldo no se trilla con el trillo ni sobre el comino se hace rodar la rueda de la carreta; sino que el eneldo se golpea con un palo y el comino con una vara.

28 Por cierto, no se muele el grano indefinidamente ni se lo trilla sin fin. Pero haciendo pasar la rueda de la carreta, lo esparce y no lo tritura.

29 También esto procede del SEÑOR de los Ejércitos, maravilloso en designios y grande en logros.

El capítulo 28 nos presenta los primeros elementos de estas escenas finales en la historia de este maravilloso pueblo. El flagelo viene del norte. Efraín es invadido como por un torrente que se desborda, por una tempestad de granizo que hiere y destruye; es pisoteado. Mas en aquel día Jehová será por corona de gloria al remanente de Su pueblo. El pueblo moralmente embrutecido, no oye. Y esta es la sentencia judicial de Jehová que se vuelve hacia Jerusalén al pronunciarla.

Allí habían hecho un pacto con la muerte y los poderes de las tinieblas, [1] para poder escapar del torrente desbordante. Pero el pacto será anulado, el azote los alcanzará; serán hollados y heridos con esta vara terrible. Tenemos entonces esta revelación, que cuando Efraín sea invadido por este terrible azote, los príncipes de Jerusalén tratarán de preservarse de él haciendo un pacto con el poder del mal.

Pero quedará en nada. Las aguas se desbordarán y barrerán el refugio de la mentira. Jerusalén, al igual que Efraín, sufre las consecuencias del asalto del enemigo. Pero el Mesías es la piedra angular escogida, el fundamento seguro para el remanente; el que cree en El no será avergonzado. Así Efraín es invadida y Jerusalén tomada. Hay una consumación determinada [2] por Jehová sobre toda la tierra.

Nota 1

Dicen insolentemente que han hecho un pacto con el poder del mal, para que, cuando viniera el azote, no se les acercara. Imposible concebir un desafío más abierto a Dios y sus juicios. Históricamente lo habrán hecho al unirse con el hombre de pecado, el Anticristo, cuya venida es según el poder de Satanás; pero aquí se dice desafiando a Dios.

Nota 2

Esta expresión también se usa en otros lugares, como en Daniel, como una especie de fórmula técnica para los tratos del Señor en los últimos días: la terminación de la obra y su abreviatura en justicia. Él juzga completamente, lo llena, pero lo acorta para perdonar al remanente, a los elegidos.

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