Salmo 91:1-16

1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.

2 Diré yo al SEÑOR: “¡Refugio mío y castillo mío, mi Dios en quien confío!”.

3 Porque él te librará de la trampa del cazador y de la peste destructora.

4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas te refugiarás; escudo y defensa es su verdad.

5 No tendrás temor de espanto nocturno ni de flecha que vuele de día

6 ni de peste que ande en la oscuridad ni de plaga que en pleno día destruya.

7 Caerán a tu lado mil y diez mil a tu mano derecha pero a ti no llegará.

8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.

9 Porque al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, has puesto como tu morada,

10 no te sobrevendrá mal ni la plaga se acercará a tu tienda.

11 Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti para que te guarden en todos tus caminos.

12 En sus manos te llevarán de modo que tu pie no tropiece en piedra.

13 Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente.

14 “Porque en mí ha puesto su amor, yo lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

15 Él me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré;

16 lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación”.

Tenemos ahora ( Salmo 91 ) otro principio muy importante introducido; El Mesías tomando Su lugar con Israel, el lugar de confianza en Jehová, a fin de brindar el canal para la bendición plena del pueblo. Tres nombres de Elohim (Dios) vienen ante nosotros en este salmo: uno por el cual Él estaba en relación con Abraham, el Todopoderoso; otro que Abraham a través del testimonio de Melquisedec pudo haber conocido proféticamente, el título milenario de Elohim cuando Él toma Su título completo sobre la tierra (comparar Génesis 14:18-20 ), el Altísimo.

Ambos, como todos los nombres de Dios, tienen su propio significado: un poder completo; el otro supremacía absoluta. Entonces surge la pregunta, ¿Quién es el Dios que tiene este lugar? ¿Quién es este Dios supremo sobre todo en la tierra? ¿Quién encontrará Su lugar secreto para morar? El que haya encontrado esto será completamente protegido por el poder todopoderoso. Mesías (Jesús) dice, tomaré al Dios de Israel como ese lugar, Jehová.

En los versículos 3-8 ( Salmo 91:3-8 ) tenemos la respuesta. Sin duda es cierto de todo israelita piadoso, y están a la vista, pero guiados por el Espíritu de Jesús, el único fiel perfecto que tomó este lugar en verdad.

En el versículo 9 ( Salmo 91:9 ) aprendo que habla Israel (es decir, el Espíritu que personifica a Israel dirigiéndose al Mesías): "Por cuanto has tomado a Jehová, que es mi refugio, ... como tu habitación", el poder todopoderoso te guardará . Esto continúa hasta el versículo 13 ( Salmo 91:13 ).

En el versículo 14 ( Salmo 91:14 ) Jehová mismo habla de Él como Aquel que ha puesto Su amor en Él. La forma del salmo es llamativa. El Espíritu de Dios propone el problema. El que encuentre el lugar secreto del Dios supremo (del milenio) tendrá toda la bendición plena del Dios de Abraham, el Todopoderoso. Mesías dice, tomo a Jehová el Dios de Israel.

Entonces la respuesta; así fue y Él ( Salmo 91:3-8 ) disfrutaría el fruto de ello. En el Versículo 9 ( Salmo 91:9 ) Israel habla y declara por el Espíritu que Él tendría las bendiciones. En el Versículo 14 ( Salmo 91:14 ) Jehová pone Su sello sobre todo esto, y el que resuelve el gran enigma de Dios hallará la bendición plena de Jehová, en quien había puesto Su amor, cuyo nombre había conocido aun Jehová el Dios de Israel.

Es un salmo muy interesante en este sentido. Pero tenemos que señalar que todo se ve en la tierra, el carácter de Dios en todos los aspectos. Cómo Cristo, como algo presente, renunció al derecho a la liberación que emana de esto, por obediencia perfecta, confiando absolutamente en Su Padre, pertenece a visiones más profundas de los propósitos de Dios y de los caminos del Bendito Mismo. Satanás simplemente habría usado esto para sacarlo del camino de la obediencia, y llevarlo al de la desconfianza y su propia voluntad: bendito sea Dios, en vano, como sabemos.

Las misericordias seguras de David debían estar en un Uno obediente y resucitado. Este punto se trata en un salmo de belleza sin igual más adelante y así se revelan bendiciones más profundas y glorias más elevadas. Pero Aquel que fue por ese camino perfecto de sumisión, no ha hecho menos bueno todo el fruto de todo lo que está aquí, para aquellos que caminarán tras Él en el lugar de esta confianza en Jehová sobre la tierra. Este principio lo vemos de hecho, en varias formas, a lo largo de los Salmos.

De hecho, se necesitaba la expiación de Cristo, lo que implicaba que Él renunciara personalmente a esta bendición, para que otros pudieran caminar en ese camino en el que Él personalmente podría caminar, por supuesto, sin ella. Salmo 21 da una revelación divina en cuanto a la forma en que se cumplió la promesa de vida al Señor.

Continúa después de la publicidad