Salmo 95:1-11

1 ¡Vengan, cantemos con gozo al SEÑOR! Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

2 Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos.

3 Porque el SEÑOR es Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses.

4 En su mano están las profundidades de la tierra; suyas son las alturas de los montes.

5 Suyo es el mar, pues él lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca.

6 ¡Vengan, adoremos y postrémonos! Arrodillémonos delante del SEÑOR, nuestro Hacedor.

7 Porque él es nuestro Dios; nosotros somos el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oyen hoy su voz

8 “no endurezcan sus corazones como en Meriba; como el día de Masá, en el desierto,

9 donde sus padres me pusieron a prueba; me probaron y vieron mis obras.

10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación y dije: ‘Este pueblo se desvía en su corazón y no ha conocido mis caminos’.

11 Por eso juré en mi ira: ‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’”.

Del Salmo 95 al 100 tenemos el progreso de la introducción del Unigénito en el mundo más claramente destacado; pero aquí, en todo momento, se ve como Jehová que viene del cielo en juicio, y finalmente toma Su lugar entre los querubines, y llama al mundo para que lo adore allí. Pone el establecimiento de Israel en bendición por el poder, en contraste con su antiguo fracaso cuando fue entregado por primera vez.

Salmo 95 llama a Israel a venir con cánticos de alegría y acción de gracias ante Jehová (versículos 3-4 ( Salmo 95:3-4 ) que describen Su excelencia sobre los dioses y como Creador). Pero Jehová es el Formador de Israel, su Dios también; y ahora pueden buscar el descanso incluso después de tanto tiempo y fracaso continuo.

Hasta que el poder entre en juicio, mientras se llama hoy porque en ese gran mañana no se permitirá ningún mal ni rebelde, se les pide que no endurezcan sus corazones como en la antigüedad en el desierto, cuando Dios juró que no entrarían en Su descanso. Pero ahora, después de todo, la gracia dice Hoy, e invita a venir ante Su presencia que es la roca de su salvación.

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