Ahora sigue: - Mientras el discurso estaba en boca del rey, una voz descendió del cielo: ¡Te dicen, oh Rey Nabucodonosor, que tu reino se ha apartado de ti! Dios ahora no amonesta al rey de Babilonia ni por boca de un Profeta ni por un sueño nocturno; pero él envía su propia voz desde el cielo; y como si no hubiera dominado el orgullo por el cual se hinchó el rey, ahora se escucha una voz del cielo que inspira mayor terror que el oráculo o la interpretación del Profeta. Por lo tanto, Dios tiene la costumbre de tratar con los endurecidos e impenitentes, ya que hace que sus propios profetas denuncien la pena que se cierne sobre ellos. Además, cuando los ve intactos o no afectados, duplica el terror, hasta que la ejecución final sigue, como en el caso de este tirano. La palabra estaba en la boca del rey cuando, se escuchó la voz. Vemos cómo Dios frena en un momento la locura de aquellos que se crían extravagantemente. Pero no es sorprendente que la voz se escuchara tan repentinamente, porque el tiempo para el arrepentimiento se le permitió al rey Nabucodonosor. En forma de discurso, te dicen, no es necesario preguntar ansiosamente a quién se aplican estas palabras. Algunos los restringen a los ángeles; pero no estoy de acuerdo con esto; parece más bien ser utilizado de la manera habitual, dicen, lo que significa "se dice", como si fuera sancionado por consentimiento común. Por eso te dicen: Rey Nabucodonosor; Dios no lo llama simplemente por su nombre, sino que usa la palabra rey, no por el honor, sino por el ridículo, y para alejar al rey de todas las atracciones por las cuales se engañó a sí mismo. De hecho, estás intoxicado por tu esplendor actual, porque aunque todos te adoran, olvidas tu fragilidad; pero esta majestad y poder reales no impedirán que Dios te postra; porque como no te humillarás, ¡tu reino será quitado de ti! Esto realmente parecía increíble, ya que Nabucodonosor tenía la tranquila posesión del reino en su mano; nadie se atrevió a mostrarse enemigo; había sometido a todos sus vecinos; su monarquía fue terrible para todas las naciones; por eso Dios pronuncia: ¡El reino se ha desprendido de ti! Y esto muestra la certeza del oráculo; y así Nabucodonosor puede saber el tiempo que se debe cumplir, y el castigo ya no se retrasará, porque había jugado con la indulgencia de Dios.

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