6. Y preparó su carro. Moisés describe brevemente la preparación bélica del faraón, no solo para magnificar la grandeza del poder de Dios en la liberación del pueblo, sino también para mostrar con qué audacia violenta y obstinada los malvados van hacia adelante, cuando dan paso a sus lujurias depravadas y criminales. Justo ahora, los egipcios estaban casi atemorizados y gritaban que todo había terminado con ellos; Apenas ha pasado un día, cuando reúnen un poderoso ejército como si sus fuerzas no estuvieran heridas. Si algún objeto que 600 carros, e incluso muchos más, aunque estaban llenos de hombres armados, fuera insuficiente para conquistar a 600,000 hombres: respondo que, ya que sabían que la batalla sería con una multitud incansable, entre los cuales, también, mujeres y los niños se mezclaron, confiaron en esta consideración y confiaron en que no tendrían dificultad en enrutar a este enorme número, ya que era inexperto e indisciplinado. Tampoco su esperanza hubiera sido decepcionada, si Dios no hubiera estado en contra de ellos. Pero el evento demostró cuán verdaderamente dice Salomón:

"No hay sabiduría, ni entendimiento, ni consejo contra el Señor" (Proverbios 21:30;)

y cuán justamente Isaías desafía a los enemigos de la Iglesia:

“Asociaos, y seréis rotos en pedazos; ceñíos, y seréis rotos en pedazos; tomen consejo juntos, y no servirá de nada; di la palabra y no se mantendrá firme. (Isaías 8:9.)

Porque esta presunción lleva a los impíos a la nada; y, mientras avanzan con violencia desenfrenada, no conciben que Dios tiene una brida secreta para contener sus deseos.

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