17. Y el suegro de Moisés dijo. No condena absolutamente todo el sistema que Moisés había adoptado antes, a la manera de hombres malhumorados, malhumorados u ambiciosos que, al tratar de algo, oscurecen los actos nobles de otros; pero al tratar de corregir solo una parte, no resta valor a la justa alabanza de Moisés y deja intacto el poder que Dios le había conferido. Aquí vale la pena observar su moderación, ya que no abusa de este pretexto de un error particular, para alterar el debido orden de las cosas; pero solo le aconseja a Moisés cómo puede ejecutar útilmente el oficio que Dios le había conferido.

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