52. Adoró. Moisés vuelve a repetir que el siervo de Abraham dio gracias a Dios, y no es sin razón que inculca tan a menudo este deber religioso; porque, dado que Dios no nos exige nada mayor, descuidarlo demuestra una indolencia vergonzosa. El reconocimiento de la bondad de Dios es un sacrificio de aroma grato; sí, es un servicio más aceptable que todos los sacrificios. Dios está constantemente prodigando innumerables beneficios a los hombres. Por lo tanto, su ingratitud es intolerable si no se esfuerzan en celebrar esos beneficios.

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