3. Y engendró un hijo a su semejanza. Recientemente hemos dicho que Moisés rastrea a la descendencia de Adán solo a través de la línea de Set, para proponer para nuestra consideración la sucesión de la Iglesia. Al decir que Seth engendró a un hijo según su propia imagen, se refiere en parte al primer origen de nuestra naturaleza: al mismo tiempo, se debe notar su corrupción y contaminación, que después de haber sido contraída por Adán durante la caída, ha caído a toda su posteridad. Si se hubiera mantenido erguido, habría transmitido a todos sus hijos lo que había recibido: pero ahora leemos que Seth, al igual que el resto, estaba contaminado; porque Adams, que había caído de su estado original, no podía engendrar a nadie más que a él. Si alguien objetara que Seth con su familia había sido elegido por la gracia especial de Dios: la respuesta es fácil y obvia; a saber, que un remedio sobrenatural no impide que la generación carnal participe en la corrupción del pecado. Por lo tanto, según la carne, Set nació pecador; pero luego fue renovado por la gracia del Espíritu. Este triste ejemplo del santo patriarca nos brinda una amplia ocasión para deplorar nuestra propia miseria.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad