21. Te alimentaré. Era una muestra de una reconciliación sólida y no fingida, no solo para abstenerse de malicia y daño, sino también para "vencer el mal con el bien", como enseña Paul, (Romanos 12:21 :) y verdaderamente, el que falla en su deber, cuando posee el poder de dar ayuda, y cuando la ocasión exige su ayuda, muestra, por este mismo curso, que no olvida las lesiones. Esto requiere ser observado con mayor diligencia, porque, en general, la mayor parte concluye débilmente que perdonan los delitos si no toman represalias; como si de hecho no nos estuviéramos vengando cuando retiramos nuestras manos de dar ayuda. Ayudaría a su hermano si lo considerara digno: implora su ayuda en necesidad; lo abandonas porque te ha hecho algo cruel; ¿Qué te impide ayudarlo sino el odio? Por lo tanto, solo probaremos que nuestras mentes están libres de malevolencia, cuando seguimos con amabilidad a aquellos enemigos por quienes hemos sido maltratados. Se dice que José habló "al corazón de sus hermanos" porque, al dirigirse a ellos con suavidad y amabilidad, eliminó todos sus escrúpulos; Como hemos visto antes, Siquem habló al corazón de Dina, cuando intentó consolarla con atracciones, para que, olvidando el deshonor que le había hecho, ella pudiera consentir en casarse con él.

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