21. Defienda su causa. También era necesario que esto se agregara a la doctrina anterior; porque cuando nos asociamos con hombres malvados, se burlan de nuestra esperanza y nos acusan de locura, como si fuéramos demasiado simples y crédulos. Nuestra fe es atacada y frecuentemente sacudida por burlas como las siguientes: "Estas personas cuelgan de las nubes y creen cosas que son imposibles y contrarias a toda razón". Como, por lo tanto, los judíos, en su cautiverio, escucharían tales burlas, era importante que se fortalecieran con estas advertencias del Profeta; y para dar mayor peso a esta dirección, él se presenta por su propia cuenta, en aras de inspirar confianza, y desafía a los gentiles mismos, acusándolos de presentar todo lo que pueda apoyar su causa, como generalmente se hace en los tribunales de Justicia.

Dice el rey de Jacob. Cuando se llama a sí mismo "el rey de Jacob", desafía a todos los ídolos y demuestra que se compromete con la causa de su pueblo, a fin de que se reconozca que ha reivindicado su gloria al liberar a los injustamente oprimidos. Y sin embargo, los piadosos necesitaban poseer una fe fuerte; ¿Cuál era el aspecto del reino cuando eran cautivos y tan severamente oprimidos? Esta fue también la razón por la cual anteriormente (versículo 14) los llamó "el gusano Jacob" y "hombres muertos". Pero consolaron sus corazones con esa promesa por la cual él dijo anteriormente que su raíz estaba oculta bajo tierra, cuando comparó a la gente con un árbol que había sido cortado.

"Una rama brotará de la cepa de Jesse, y un brote de sus raíces dará fruto". (Isaías 11:1.)

Vieron a los ojos de la fe ese poder real que estaba oculto; porque no puede ser visto por los ojos corporales ni comprendido por la comprensión humana.

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