7. Porque el Señor Jehová me ayudará. El Profeta declara de dónde viene un coraje tan grande que él y los otros siervos de Dios deben poseer para resistir con valentía los ataques de todos. Viene de la ayuda de Dios, al confiar en quién declara que está fortificado contra todos los ataques del mundo. Después de haber despreciado con gran fortaleza todo lo que se le oponía, exhorta a los demás a mantener la misma firmeza y ofrece lo que podría llamarse una imagen de la condición de todos los ministros de la palabra; para que, al apartarse del mundo, puedan volverse completamente hacia Dios y tener sus ojos completamente fijos en él. Nunca habrá una competencia tan ardua que no ganen la victoria confiando en tal líder.

Por eso he puesto mi cara como un pedernal. Con la metáfora de "un pedernal" muestra que, pase lo que pase, no tendrá miedo; porque el terror o la alarma, como otras pasiones, se hace visible en la cara. El semblante mismo habla y muestra cuáles son nuestros sentimientos. Los siervos de Dios, siendo tratados de manera tan vergonzosa, inevitablemente se habrían hundido bajo tales ataques, si no los hubieran resistido con una frente de piedra o de hierro. En este sentido del término, también se dice que Jeremías fue "establecido para una ciudad fortificada, un pilar de hierro y un muro de bronce, contra los reyes de Judá, y los príncipes y el pueblo" (Jeremias 1:18;) y a Ezequiel se dice que le han dado "frente dura, e incluso una de firmeza, y más dura que eso, para que no se consterne ante la obstinación de la gente". (Ezequiel 3:9.)

Por eso no me daba vergüenza. La palabra "avergonzado" se usa dos veces en este verso, pero en diferentes sentidos; porque en la primera cláusula se relaciona con el sentimiento, y en la segunda con la cosa misma o el efecto. En consecuencia, al comienzo del versículo, donde se jacta de no estar confundido con la vergüenza, porque Dios está de su lado, quiere decir que no es suficiente que Dios esté dispuesto a ayudarnos, si no lo sentimos también; ¿de qué ventaja para nosotros serán las promesas de Dios si desconfiamos de él? Por lo tanto, se exige confianza, para que podamos ser apoyados por ella, y seguramente sepamos que disfrutamos del favor de Dios.

No seré confundido. En la conclusión del verso, audazmente declara su convicción de que el fin será próspero. Así, "estar confundido" significa "estar decepcionado"; porque los que habían tenido una esperanza vana y engañosa pueden ser objeto de burla. Aquí vemos que se promete ayuda especial a los maestros y ministros santos de la palabra; de modo que cuanto más feroces sean los ataques de Satanás y más fuerte sea la hostilidad del mundo, tanto más el Señor los defiende y protege con una protección extraordinaria. Y, por lo tanto, debemos concluir que todos aquellos que, cuando vienen al concurso, tiemblan y pierden valor, nunca han sido debidamente calificados para desempeñar su cargo; porque el que no sabe luchar no sabe servir a Dios y a la Iglesia, y no está capacitado para administrar la doctrina de la palabra.

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