9. Alabado sea, regocíjense juntos. Exhorta a los creyentes a dar gracias, pero principalmente los confirma en la esperanza y la confianza de esta salvación; como si el disfrute real de eso ya los llamara a agradecerle a Dios por ello. (43) No nos conmueve lo suficiente, cuando el Señor testifica que nos ayudará y cree que estamos engañados, si en realidad no lo muestra. Por este motivo, los Profetas insisten mucho en fortalecer los corazones de los creyentes y en poner el hecho casi ante sus ojos. Aunque parece ser irracional e inapropiado prescribir una canción de alegría en medio del dolor, sin embargo, hemos visto en otras partes que esta forma de expresión es adecuada para despertar a aquellos que gimen bajo la carga del dolor, el miedo y las preocupaciones.

Vosotros desiertos de Jerusalén. Él los llama "tierras vírgenes" o lugares baldíos "de Jerusalén", que, a pesar de su ruina y destrucción, aún podrían esperar que se restaurara. Y esta denominación está mejor adaptada para sacudirse el miedo que si él la hubiera llamado próspera o floreciente; porque, debido a que su condición es muy miserable, nada los habría llevado a pensar que estas promesas se relacionaban con ellos, excepto una descripción de su miseria, contra la cual tenían que fortalecerse, para que, aunque no vieran nada más que desolación y horrible ruina, aún podrían buscar la restauración con confianza asegurada.

Porque Jehová ha consolado a su pueblo. El Señor ha transformado el luto del pueblo en gozo, y del cautiverio los ha liberado. Sin embargo, alguna persona dirá (44) que esto aún no había sucedido. Pero en las promesas de Dios, como en un espejo, debemos contemplar aquellas cosas que aún no son visibles a nuestros ojos, aunque nos parezcan contrarias a la razón.

Él ha redimido a Jerusalén. Aquí vemos que liberar a la Iglesia es obra de Dios. Y si deberíamos juzgar así la redención de Babilonia, que no era más que una naturaleza sombría, ¿qué diremos de la redención espiritual? ¿Se puede atribuir a los hombres sin insultar groseramente a Dios? Como le pertenece solo a Dios para librar a la Iglesia, a él también le corresponde defender su libertad.

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