Parece, por lo tanto, que resultó beneficioso para los recabitas observar lo que su padre les había ordenado: porque si hubieran sido fijados en sus posesiones, debieron haber sido expulsados ​​al exilio con el resto cuando el reino de Israel fue destruido; Lo que le sucedió a las diez tribus NMST le sucedió a los recabitas. Pero como no tenían nada propio, eran más libres de mudarse a otra parte; ni tenían la prueba de dejar posesiones, porque no tenían ninguna. Sabemos que muchos están tan atados a sus propias casas, campos, viñedos y prados, que preferirían ser asesinados cientos de veces que ser arrancados de ellos. Entonces Jenadab consultó bien el beneficio de su posteridad, cuando les ordenó que habitaran en tiendas de campaña; pues así podrían reunir en un día todo lo que tenían, según el dicho conocido de Bias. Por lo tanto, la pobreza era una gran ventaja para ellos: su austeridad de la vida también era un beneficio para ellos; sin dificultad podían morar en Jerusalén, porque no necesitaban muchos lujos. Si se hubieran acostumbrado al vino y a otras delicias, podrían haber discutido el punto, si hubiera sido mejor para ellos morir de una vez que sufrir una necesidad en una ciudad asediada. Además, como habían vivido frugalmente y también estaban acostumbrados a una vida austera, ninguna ansiedad les impedía venir con confianza a Jerusalén; porque pensaban que podían ganar una subsistencia escasa y sórdida con su propio trabajo.

Por lo tanto, parece lo que Jenadab tenía a la vista, cuando prohibió a su posteridad el uso del vino y la posesión de campos y viñedos; porque entonces podía prever qué revoluciones espantosas se avecinaban. Por lo tanto, su propósito era entrenar a su posteridad, que cuando llegaran las dificultades, no sucumbirían bajo la carga, sino que soportarían pacientemente la necesidad o cualquier otro inconveniente, que para otros sería intolerable, siempre que sus antiguos manjares vinieran a la mente. Nosotros dijimos: Ven, y entremos en Jerusalén desde la faz de ambos ejércitos. Por lo tanto, cuando los israelitas fueron detenidos por sus campos y posesiones domésticas, los recabitas fueron a Jerusalén, y así fueron liberados del peligro. Ahora sigue, -

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