Jeremías desciende después del cielo a las montañas, y dice que temblaron y que todas las colinas se movieron o temblaron; algunos dicen, destruido, pero no sé por qué razón, porque el Profeta sin duda confirma lo mismo con otra frase: y como había dicho, las montañas temblaban, por lo que también agrega, que las colinas temblaron; y este es el significado apropiado del verbo. Ahora la razón por la que habla de montañas y colinas es evidente; porque una mayor estabilidad parece pertenecer a ellos que nivelar los terrenos, en la medida en que las montañas son en su mayor parte pedregosas y tienen sus raíces firmemente fijadas en las rocas. De hecho, si todo el mundo se viese confundido, las montañas parecen estar tan firmemente basadas que ninguna conmoción podría afectarlas: pero el Profeta dice que temblaron y que las colinas temblaron

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