12. Y todas las ciudades de esos reyes, etc. Habiendo derrotado al ejército, comenzaron a saquear y arrasar el país, y a tomar y demoler las ciudades. Según se dice que las ciudades que quedaron enteras no fueron quemadas, se puede inferir con cierta probabilidad, que algunas fueron tomadas por la fuerza y ​​el asalto, y así arrasadas. Hazor, solo, después de que el asedio terminó, y el calor de la lucha se había enfriado, fue destruido por el fuego, porque había extendido la antorcha que encendió la guerra. Pero de acuerdo con la explicación ya dada, en este pasaje se afirma repetidamente y con mayor claridad que Joshua no dio riendas sueltas a su pasión, cuando mató a todos de la mayor a la mayor. Porque ahora hay una declaración clara de lo que aún no se había expresado, a saber, que Josué cumplió fielmente su parte, cumpliendo todo lo que el Señor había ordenado por Moisés. Es como si hubiera puesto sus manos a disposición de Dios, cuando destruyó esas naciones según su mandato. Y así deberíamos sostener que, aunque todo el mundo debería condenarnos, es suficiente para liberarnos de toda culpa, que tenemos la autoridad de Dios. (114) Mientras tanto, se nos hace prudente considerar lo que requiere la vocación de cada hombre, para que nadie, al dar licencia a su celo, desee imitar a Joshua, puede ser juzgado cruel y sanguinario, en lugar de un estricto servidor de Dios.

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