3. Así irá Aarón al lugar santo. Los ritos y la formalidad se describen ahora; primero, que Aarón se ponga las vestiduras santas y lave a su persona; segundo, que ofrezca un becerro y un carnero para una ofrenda quemada; tercero, que debería quitarle dos cabras a la gente, una de las cuales debería ser enviada viva y la otra sacrificada en sacrificio. Hemos dicho en otra parte por qué los sacerdotes debían vestirse con prendas diferentes a las de otros, ya que el que es el mediador entre Dios y los hombres debería estar libre de toda impureza y mancha; y dado que ningún mortal realmente podía suministrar esto, se sustituyó un tipo en lugar de la realidad, de donde los creyentes podrían saber que era de esperar otro Mediador; porque la dignidad de los hijos de Aarón era solo típica, y no verdadera y sustancial. Porque cada vez que el sacerdote se despojaba de sus propias vestiduras y asumía las que eran santas y separadas del uso común, era equivalente a declarar abiertamente que representaba a otra persona. Pero si este símbolo no fuera suficiente, la ablución nuevamente enseñó que ninguno de los hijos de Aarón era el propiciador genuino; porque ¿cómo podría él purificar a otros, que él mismo requirió purificación e hizo abierta la confesión de su impureza? También se agregó un tercer símbolo; para el que mediante un sacrificio propio expió por sí mismo y su casa, ¿cómo fue capaz de merecer el favor de Dios para los demás? Así, se les recordó a los santos padres que, bajo la imagen de un hombre mortal, se prometió otro Mediador que, para la reconciliación de la raza humana, se presentaría ante Dios con una pureza perfecta y más que angelical. Además, en la persona del sacerdote se exhibía ante la gente un espectáculo de la corrupción por el cual toda la raza humana se contamina, para ser abominable para Dios; porque si el sacerdote, ambos elegidos por Dios y agraciados con la unción sagrada, todavía no era digno de la puntuación de su impureza para acercarse al altar, ¿qué dignidad podría ser descubierta en la gente? Y por lo tanto, para nosotros hoy en día también se deriva una instrucción muy útil; a saber, que cuando surge la pregunta de cómo se debe propiciar a Dios, no debemos mirar de un lado a otro; ya que de Cristo no hay pureza ni inocencia que puedan satisfacer la justicia de Dios.

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