La razón por la cual los evangelistas relatan este hecho es para informarnos que el nombre de Cristo se celebró universalmente y, por lo tanto, no se podía excusar a los judíos por la ignorancia. De lo contrario, muchos podrían haber quedado perplejos por esta pregunta: "¿Cómo es que, mientras Cristo habitó en la tierra, Judea permaneció en un sueño profundo, como si se hubiera retirado a algún rincón y no hubiera mostrado a nadie su poder divino?" En consecuencia, los evangelistas afirman que el informe sobre él se extendió por todas partes en el extranjero y penetró incluso en la corte de Herodes.

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