5. Y el que recibirá a tal niño. El término niños ahora es aplicado metafóricamente por Cristo a aquellos que han dejado de lado miradas nobles y que se comportan con modestia y humildad. Esto se agrega a modo de consuelo, para que no consideremos problemático o desagradable el ejercicio de la humildad, por medio del cual Cristo no solo nos recibe bajo su protección, sino que también nos recomienda a favor de los hombres. Y así, a los creyentes se les enseña de qué manera deben estimarse unos a otros: cada uno se humilla a sí mismo. ¿Cómo se mantiene la amistad mutua entre los niños del mundo, pero si cada hombre cumple con los deseos de los demás? Cuanto más deseoso es un hombre para obtener renombre, más insolentemente se aferra al poder, que puede ser elevado a una estación elevada, y que otros pueden ser ridiculizados o despreciados; pero Cristo ordena que cuanto más se humilla un hombre, más honrado será para él. Tal es también la importancia de las palabras dadas por Lucas, el que sea menos entre ustedes será grande; porque nuestro Señor no nos ordena que pensemos mejor en aquellos que justamente merecen ser despreciados, sino en aquellos que se despojan de todo orgullo y están perfectamente dispuestos a ocupar el lugar más bajo.

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