3. Te tomas demasiado. (89) Algunos explican: "Que sea suficiente", como si quisieran poner fin a la tiranía de Moisés; pero soy más bien de la opinión de que, de este modo, se encargarían de la supremacía presuntuosa y sacrílega, como si Moisés y Aarón no solo hubieran usurpado más que su derecho, sino que también le hubieran robado a Dios su suprema autoridad. Por lo tanto, reprochan a los santos que se hayan sometido impíamente a sí mismos la herencia de Dios. Así vemos que los fieles siervos de Dios, cualquiera que sea su moderación, todavía no están exentos de acusaciones falsas. Moisés fue un ejemplo extraordinario, no solo de integridad, sino también de humildad y gentileza; Sin embargo, se le llama orgulloso y violento, como si oprimiera indignamente al pueblo de Dios. Observe además que Dios permite que sus siervos se carguen con calumnias tan injustas, para enseñarles que deben esperar su recompensa en otro lugar que no sea el mundo; y que los humillen y pongan a prueba su resistencia. Aprendamos, entonces, a endurecernos, a fin de estar preparados, aunque hagamos bien, para ser malvados. Estos hombres impíos y sediciosos traicionan su insensatez y su descaro. ¿Con qué derecho buscan degradar a Moisés y Aarón? ¡Porque, por cierto, Dios habita entre la gente, y todos en la congregación son santos! Pero la santidad no destruye la subordinación, ni introduce confusión ni libera a los creyentes de la obligación de obedecer las leyes. Es una locura en ellos, entonces, inferir que aquellos, a quienes Dios ha titulado en su sano juicio, no están sujetos al yugo; sin embargo, estigmatizan maliciosamente como tiranía el cuidado del pueblo que Dios ha confiado a sus siervos, como si deliberadamente convirtieran la luz en oscuridad.

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