26. Porque Hesbón era la ciudad de Sihon. No sin causa, Moisés relata cómo el país cerca de Hesbón había pasado a manos de los amorreos, porque mucho tiempo después esto fue buscado como pretexto para la guerra por los amonitas, cuando vieron que el pueblo había sido llevado a un Bajo finca. En el tiempo de Jefté, por lo tanto, habiendo reunido un gran ejército, ellos hicieron una irrupción; e hicieron de esto su excusa, que tomaron las armas para recuperar lo que era suyo, desde Arnon hasta Jabbok y hasta Jordan. En consecuencia, Dios lo habría testificado en los registros sagrados, como Jefté respondió a los amonitas, que esta parte de la tierra fue tomada del rey Sihon, cuando los hijos de Israel marchaban pacíficamente a través de las fronteras de los amonitas. Diseñado, entonces, Moisés, para sancionar el derecho del pueblo, insertó en estos registros auténticos, por así decirlo, lo que había ocurrido anteriormente, a saber, que los amorreos habían tenido el dominio sobre esa parte del país, sin interferencia de los amonitas; ni había ninguna duda de que los amorreos tenían posesión segura y pacífica de ella. Por lo tanto, se deduce que pasó a los israelitas, por lo que no había motivos por los cuales, trescientos años después, los amonitas debían reclamar lo que habían perdido y abandonado por tanto tiempo. Y, para que la posteridad supiera que no había oscuridad sobre el asunto, registra un antiguo cántico, del que parece que los amonitas estaban tan completamente vencidos que sus enemigos triunfaron magníficamente sobre ellos y cortaron toda esperanza de su restauración Aquí, sin embargo, surge la pregunta de por qué el rey de Ammón, en lugar del rey de Moab, puso en pie esa guerra; porque claramente deducimos de la canción, que la tierra fue tomada de los moabitas. Pero para los hombres que están empeñados en el rapine y el robo, es suficiente alegar cualquier pretexto trivial y, a menudo, gloriarse en los derechos de los demás. Indudablemente quedaba un informe de que los amorreos habían sido expulsados ​​de sus territorios, (131) que habían obtenido por la fuerza de las armas. Los amonitas pasan en silencio lo que se había olvidado en el lapso de muchas épocas, y establecieron este título falso, que, aunque los israelitas habían conquistado a los amorreos, todavía su victoria no les confirió el derecho de ocupar lo que los amorreos injustamente y por la fuerza retenida. Con este objeto, Moisés insertó la cuenta que aquí da.

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