19. Y le he dado a los levitas. Él declara en qué términos desea tenerlos como propios, a saber, que sean dirigidos por Aarón y obedezcan sus mandamientos; porque "regalo" no debe entenderse como un acto por el cual una persona renuncia y cede su propio derecho a otra; pero, cuando los dedica al ministerio del santuario, desea que tengan un líder y un maestro. Al final del versículo, Moisés enseña que esto se hace para la ventaja y el beneficio de todo el pueblo: de donde se deduce, que no había lugar para la mala voluntad hacia ellos, a menos que la gente quizás se molestara porque Dios había tomado medidas para su bienestar. Se señala una doble ventaja; primero, porque iban a ser los intercesores o ministros de reconciliación, (por cualquier sentido sería apropiado;) segundo, porque, si bien serían los guardianes del santuario, evitarían que los israelitas traigan destrucción sobre sí mismos, por su enfoque imprudente a la misma.

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