7. Su boca está llena de maldiciones. El alcance de estos cuatro versículos es el siguiente: si Dios tiene la intención de socorrer a sus siervos, ahora es el momento adecuado para hacerlo, en la medida en que la iniquidad de los impíos ha estallado al máximo posible. En primer lugar, se queja de que sus lenguas están llenas de perjurios y engaños, y de que llevan u ocultan travesuras y errores, por lo que es imposible tener tratos con ellos en cualquier asunto sin pérdidas ni daños. La palabra אלה, alah, que algunos dicen maldecir, no significa las execraciones que arrojan contra otros, sino las que invocan sobre sus propias cabezas: porque no tienen escrúpulos para pronunciar el imprecaciones más terribles contra ellos mismos, para que así puedan tener éxito en engañar a los demás. Por lo tanto, no es incorrectamente expresado por algunos, perjurio, ya que esta palabra debe unirse a las otras dos, engaño y malicia. Por lo tanto, los malvados se describen como maldecir o maldecir falsamente, en la medida en que contribuye a avanzar en sus propósitos de engañar y hacer daño. Por lo tanto, siga la travesura y la injusticia, porque es imposible para los simples, sin sufrir perjuicio, escapar de sus trampas, que están tejidas de engaños, perjurios y malicia.

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