3 Él enviará desde el cielo y me salvará. David, como repetidamente he tenido ocasión de observar, entrelaza sus oraciones con meditaciones santas para la comodidad de su propia alma, en la que contempla sus esperanzas como ya se han dado cuenta en el evento. En las palabras que tenemos ante nosotros, él se gloría en la ayuda divina con tanta seguridad como si ya hubiera visto la mano de Dios interpuesta en su favor. Cuando se dice que enviará desde el cielo, algunos consideran que la expresión es elíptica, lo que significa que enviaría a sus ángeles; pero parece más bien una forma de discurso indefinida, lo que significa que la liberación que David esperaba no era una descripción común, sino una señal y milagrosa. La expresión denota la grandeza de la interposición que buscaba, y el cielo se opone a los medios terrenales o naturales de liberación. Lo que sigue admite ser procesado de dos maneras diferentes. Podemos suministrar la preposición hebrea מ, mem, y leer, Él me salvará del reproche; o podría ser mejor entender las palabras de manera apta, Él me salvará, para el reproche del que me traga. (340) La última expresión podría ser traducida por el que me espera. Sus enemigos lo miraron boquiabiertos en su afán de lograr su destrucción, y observaron insidiosamente su oportunidad; pero Dios lo libraría, para su desgracia. Se dice que golpea a sus enemigos con vergüenza y reproche, cuando decepciona sus expectativas. La liberación que David anticipó fue señal y milagrosa; y agrega, que lo buscó por completo desde la misericordia y la verdad de Dios, que él representa aquí como las manos, por así decirlo, mediante el cual su asistencia se extiende a su pueblo.

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